15. Juego. Sanz cree que la industria del juego no es un negocio sino un problema. Respetuoso de las libertades individuales, cree que no puede prohibirse completamente el juego, pero sí desalentarse y limitarse, y en particular ayudar a las personas con problemas de ludopatía. Por ejemplo: la publicidad del juego debe estar prohibida, la industria debe estar gravada con impuestos altos para ser desalentada (como el cigarrillo o el alcohol), debe haber educación en contra de la ludopatía y deben regularse y limitarse las interacciones financieras entre casinos y clientes y ayudar a ludópatas al autocontrol financiero. Macri no ha combatido el juego en la Ciudad de Buenos Aires.